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es lo que está pasando allá delante?”, pregunta acalorado un joven que, al
volante de su vehículo, lleva largo rato detenido. La respuesta se la da otro
conductor que viene en sentido contrario, y que ya ha rebasado el origen del
embotellamiento: “Tranquilo, chamo, que ahí te queda por lo menos una hora más.
La tranca la tiene una gente del barrio. Están protestando porque tienen un mes
sin agua”. La información no lleva alivio al angustiado ciudadano, ni lo
impulsa a la solidaridad. Por el contrario, tan recalentado como el motor de su
carro, se revuelve iracundo en el asiento y exclama: “Y qué culpa tengo yo de
eso? Sigan votando rojo! Quién los manda, pues?” Según el Observatorio Venezolano
de la Conflictividad Social, sólo en el año 2013 se produjeron en Venezuela
4.410 protestas populares, muchas de ellas protagonizados por ciudadanos
pertenecientes a sectores descontentos de la base pro-oficialista. Estamos
hablando de un promedio de 12 protestas diarias, casi una cada dos horas, por
motivos que van de la ineficiencia en los servicios públicos a la falta de
vivienda, o de la denuncia de la inseguridad al reclamo concreto por promesas
incumplidas. Casi todas estas protestas de las empobrecidas mayorías nacionales
se dieron en medio de la más absoluta indiferencia de otros sectores de la
población, que -cuando por casualidad se topan en una calle en lugar de salir a
hermanarse con esos ciudadanos en lucha, ponen una cara que es una mezcla de
fastidio y rechazo, y gritan a los manifestantes: “Porque no se van a protestar
para Miraflores?! Olvidando que estamos en un país donde la gente protesta no
donde quiere sino donde puede. En el barrio la protesta lleva años sólo que no
se quema basura porque siempre lo hacen por la falta de aseo urbano, no cierran
calles porque simplemente no las tienen. Me preguntan cual es la salida de la
crisis que vivimos en el país. La salida es unir al país, unir el pueblo con
pueblo, unir pueblo chavista con pueblo opositor, unir pueblo que vive en
barrio con pueblo que vive en urbanizaciones. Se trata de unir ambos polos;
chavistas y opositores, estudiantes y sociedad civil, protesta estudiantil y
lucha social para un forma un movimiento social capaz de vencer en las calles,
en las instituciones e incluso en las urnas electorales porque todo indica que
la salida es la electoral ya que no se trata de elegir caminos cortos. Es fácil
trancar calles o avenidas. Pero no es nada fácil unir al país e incluso aquellos
que luchan a nuestro lado por un país de verdadera de democracia que apuestas a
caminos cortos u atajos. El camino es
verdadero es el de unir al país y será corto si lo empezamos desde ya con
constancia, determinación y valor.
Animo
Venezuela!
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