viernes, 13 de febrero de 2015

La polarización se cayó sola



La indignación, angustia y preocupación por el desastre en el que vivimos en Venezuela se debe convertir en esperanza de construir juntos un mejor país. Esa construcción de un mejor país los debemos hacer todos los ciudadanos de este hermoso país granito a granito, ladrillo a ladrillo, sudor a sudor pero juntos y siempre en Unidad porque la fuerza es la unión. ¿Por qué? Porque existe un cambio que viene como rio crecido que trae paz y progreso para un país que sufre la peor catástrofe no natural sino política y económica ocasionada por el difunto presidente Hugo Chávez continuada y profundizada por el diosdamadurismo. El cambio que queremos los ciudadanos de a pie, del barrio y de la Venezuela profunda es de paz, tranquilidad y progreso en el cuadro de lo constitucional. Ese cambio que queremos tiene que ser duradero porque no se trata de un espasmo: “no aguanto más, esto no se puede”. Claro que esto no se aguanta más, pero la salida no es de esas que arrancan un viernes y terminan el lunes. Esa experiencia ya los venezolanos tenemos y bastante. Ese cambio no lo queremos ni lo buscamos. Queremos un cambio en libertad y democracia hacia la libertad y para la democracia verdadera. Eso se construye, eso no se improvisa. ¿Cómo se construye? De abajo hacia arriba, de adentro hacia afuera, forjando cultura democrática para que se convierta en musculo donde antes no lo había.
La polarización se cayó sola. No se trata de que un bloque venció al otro. La situación actual es otra ya existe un gobierno con 80% de rechazo y una alternativa democrática que hoy tiene la obligación no solamente política sino moral y ética de ir al encuentro de ese descontento para transformarlo en energía de cambio. Para lograr ese esfuerzo se debe aclarar la pupila, extraer ese conjunto de cosas que suceden en nuestro alrededor que es lo esencial para orientar nuestro accionar y discurso porque no vivimos en tiempos convencionales. Hay gente que dice: “esto es una dictadura”. Luego te dicen: “No te he visto en ninguna parte”. Es obvio que en dictadura el régimen controla los medios para que por ninguna parte se vea lo que es el trabajo de quienes quieren y buscan convertirse en una alternativa democrática. Hay gente que también dice: “esto es una dictadura, aquí no se puede seguir votando”. Hasta donde la memoria me da por estudio o experiencia la primera consigna cuando se está en dictadura es pedir elecciones libres y participar en cualquier resquicio de apertura democrática que se presente y en el que sea porque quien cae en la necedad que dictador no cae con votos todavía estuviera Pinochet en Chile.
El asunto es cómo extraer de un ambiente saturado por la censura aquellas noticias que ciertamente son fundamentales,  que deben orientar el discurso y la atención de los ciudadanos con espíritu democrático que queremos un cambio significativo para el país. En la mayoría de los diarios caraqueños o por llamarlos nacionales no reflejan la realidad nacional. La inflación nos afecta a todos pero no nos golpea a todos de la misma manera. La inflación en alimentos golpea sobre todo a los más pobres porque mientras más pobre es una familia dedica mayor porcentaje de su ingreso a la compra de alimentos. Quien tiene un ingreso de medio hacia alto puede destinar parte de su ingreso a paseo, ropa, cultura, etc. Cuando sube el precio de los alimentos eso afecta a todo pero afecta mucho más a los pobres. Pero resulta que los pobres somos la mayoría de los venezolanos.
Cuando el régimen va inaugurar una Arepera meten cadena de radio y televisión pero cuando van a devaluar la moneda solo transmite por medios del estado. Por cierto, las Areperas socialistas que aún quedan las arepas que empezaron en Bs 7.50 hoy cuestan Bs 80 y con poca variedad pero para ese incremento no metieron cadena. Hay gente que dice: “yo no me meto en política”. Pero resulta que la política se mete con uno empezando por la inseguridad, la falta de insumos médicos en hospitales y farmacias. No se trata de la política como un asunto de políticos o partidos. Se trata de lo público y lo público es lo de todos. Si uno no asume responsabilidad ante lo público alguien viene y nos los expropia, quita o roba y lo peor de todo es que viene y habla en nombre de tuyo y mío con palabras como estas: “Yo soy el pueblo”. En nombre del pueblo esos bichos se hacen ricos de manera obscena acumulando poder. La alternativa a eso es asumir que si debemos meternos con y en la política porque es nuestra responsabilidad defender lo nuestro. Eso no significa que debemos meternos en un partido político que no es malo sino saludable ya que sin partidos no hay democracia. Pero los partidos deben tener gente sana y buena. En el pasado la gente decía: “eso es feo y malo, yo no me meto en política porque eso es sucio”. ¿Qué pasó? Que la política quedó en manos de los peores que son quienes hoy destruyen el país.
Asumamos nuestro protagonismo!

Máquina de hacer pobres



La nueva mayoría nacional que está integrada por los que siempre se han opuesto al proceso totalitario y por el sector político de mayor crecimiento de los últimos 17 meses del país que es de los chavistas decepcionados o defraudados por el diosdadomadurismo o madurismodiosdado que en resumen se pueden llamar chavistas indignados por los abusos, por la traición, por el escarnio de la gestión actual del diosdadomadurismo que no es otra cosa que el desastre que estamos viviendo los venezolanos. El diosdadomadurismo intenta ser un gobierno, pero no es otra cosa que la destrucción nacional de todo lo que huela o parezca a emprendimiento o progreso. Esa destrucción ha generado rechazo incluso dentro de las filas del oficialismo sobre todo en aquellas personas que una vez votaron por el presidente Chávez quien por su discurso invitaba a una redención social. Resulta que estando en vida el presidente Chávez a partir del año 2007 empezó la gente a desencantarse porque una cosa era el discurso y otra la realidad. Qué pasó? Que en la base de la pirámide de lo popular, sobre todo la gente del barrio, del caserío a punta de llevar palo, bomba lacrimógena y de ser engañados de manera sistemática y reprimidos por el engaño se fueron abriendo de manera progresiva. Pasada la etapa del encantamiento de las Misiones la realidad del barrio comenzó a verse clara y distinta. Las Misiones se convirtieron en un factor irritante para los habitantes de los sectores populares. La gente del barrio o del sector popular se cansó de ser censada por cualquier organismo para un proyecto que anulaba el anterior hasta que por fin aparecía un organismo que ejecutaba el proyecto pero que beneficiaba a un grupo muy pequeño de los que habían sido censados pero que mostraban lealtad al proceso marchando y participando en mítines presidenciales o en eventos electores porque sino no cobraban la Misión. Esa realidad era lo que venía ocurriendo desde 2007 dentro de las filas del oficialismo. Ese proceso de alejamiento se transforma ya no en progresivo sino en catarata o caída libre cuando llega el señor Maduro a Miraflores como presidente encargado y luego como proclamado por el CNE. El abandono es muy evidente cuando Raúl Castro se anota a caballo ganador pactando con EEUU cuando aún Maduro estaba ubicando la silla en Miraflores, la puerta que llevaba al baño o la llave del escritorio en el despacho presidencial. El proceso es indetenible, ese proceso es cambio porque este país está agotado del hambre, de la mala eficiencia pero sobre todo la corrupción salvaje que ha querido ser ocultada y silenciada por estrategias. Por un lado la hegemonía comunicacional donde la voz de la oposición o del pueblo de a pie no existe. El otro mecanismo es la represión pura y dura o procesos judiciales que se le está aplicando a jóvenes que protestan por un mejor país o a personas que por tomar de colas para comprar alimentos terminan siendo presos. Este tiempo que estamos viviendo no ordinario sino represivo. Ante esa crisis se requieren respuestas económicas, sociales, políticas. Las colas son las consecuencias de la escasez y de un modelo económico que fracasó y que lo que hoy distribuye es miseria y hambre. Para lograr eso hay desmantelar leyes inconstitucionales que cercenan la libertad de empresa y de trabajo. Sin libertad de empresa no existe la libertad de trabajo. La libertad de empresa es para que el ciudadano de a pie no dependa de las migajas del petro-estado sino de nuestro esfuerzo productivo en una plaza laboral o puesto de trabajo con quince y ultimo y seguridad social en una empresa seria y productiva. Sino existe empresa libre el ciudadano se convierte en un rehén económico del gobierno. Necesitamos acabar con la fábrica de corrupción del país que es el régimen cambiario e impulsar la producción nacional.
La encuesta social realizada por la UCAB-Caracas, Universidad Metropolitana y Central de Venezuela revela que de cada 10 venezolanos que reciben beneficio de Misiones 5 no son pobres. No son pobres porque la información no le llega a los más pobres y porque los mecanismo normales como lo son el estudio y el trabajo los han bloqueado quienes se encargan de ejecutar las Misiones. Nuestra sociedad está estancada. La máquina de producir prosperidad está paralizada gracias al oficialismo y los 16 años de desastre. Un matrimonio joven profesionales ambos y empleo ambos si se quieren comprar una casa o apartamento eso está fuera de su alcance por el alto precio del mismo. Una pareja de clase media social para lograr tener un apartamento tiene que meterse en La Gran Misión Vivienda Venezuela. Un venezolano no pobre, clase media y con trabajo que quiera comprar un carro nuevo no lo puede hacer porque no hay, pero tiene que meterse en una misión de carros donde lo tien que pagar con sobre precio.
La política social del gobierno no solo no funciona sino que tampoco atiende a los más pobres del país. En este momento lo que estamos viviendo propiciado con la sanción a Farmatodo y los Supermercado Día a Día es el Dakazo parte II. Los venezolanos ya sabemos lo que pasó con el Dakazo parte I.
Unidad, paz, movilización, proyecto y cambio: Cinco palabras que resumen la actitud y conducta necesarias para detener la caída del país e iniciar su recuperación. Unidad, porque si no estamos unidos no calificamos como alternativa. Pacíficamente, porque solo en paz el pueblo unido puede mostrar su fuerza, inmensa en contraste con las minorías armadas y violentas. Movilizados, porque el ciudadano debe usar TODOS sus recursos en esta pelea, la protesta social y la lucha política, la calle y el voto. 
Animo Venezuela!

Gira pordiosera



Durante mucho tiempo los precios del petróleo muy altos, los países consumidores desarrollaron tecnologías que (aunque costosas económica y ambientalmente hablando) resultaban rentables al lado de los elevados precios del crudo convencional. Al tener éxito en ese empeño, hicieron bajar los precios internacionales del petróleo de más de 100 dólares el barril a menos de 40 en apenas 3 meses y medio. Eso no tomó por sorpresa a la mayoría de los países exportadores de petróleo, que utilizaron los 12 años de bonanza petrolera para construir bienestar, diversificar sus economías y crear fondos de reserva. Pero los gobiernos de Chávez y Maduro no hicieron nada de eso. Ellos despilfarraron el dinero de todos y ahora, cuando se acabó la fiesta de los altos precios del petróleo, resulta que ni industrializaron al país (al contrario, quebraron las industrias que teníamos), ni construyeron bienestar y no solo no ahorraron, sino que además nos endeudaron.
Países que durante mucho tiempo vivieron de la economía venezolana hoy solo Colombia es el único país que recibe el bolívar, los demás se niegan a recibirlo.
Para poder comer en Venezuela el Estado venezolano tiene que salir a comprar no en bolívar sino en dólar y es precisamente lo que no tiene Maduro.
Durante mucho tiempo el gobierno de Chávez cuestionó a la burguesía parasitaria por las importaciones. Pues resulta que durante el mando de Chávez esa burguesía se apoderó de las importaciones para llenarse de dólares dejando no solo al país sin dólares sino con alimentos que se dañaban en los puertos venezolanos.
Cuál fue el resultado verdadero de la gira pordiosera? Si logró endeudarnos más es muy malo, pues esa deuda tendremos que pagarla nosotros, nuestros hijos y nietos; Si no logró el “dinero fresco”, el “oxígeno” que según confesó necesita su gobierno desesperadamente, peor, pues se contraerá violentamente la inversión social y seguirá el remate irresponsable de los activos de la República. Esta gira, este régimen, es para los venezolanos un pésimo negocio, un negocio “perder-perder”, pues si no consigue dinero sufrimos todos, y si lo consigue se lo vuelven a robar y sufrimos también. Para el pueblo venezolano la solución es clara: para resolver las colas, hay que acabar con la escasez. Y para acabar con la escasez hay que salir del régimen que la produce, que la utiliza como arma de dominio y sometimiento.