viernes, 29 de noviembre de 2013

El pueblo va a ganar combinando calle y voto



Qué buscamos los venezolanos? Salir de abajo, echar para adelante para vivir mejor. En eso se resume lo que buscamos los ciudadanos de a pie que vivimos, luchamos, trabajamos y sudamos por este hermoso país. El 27 de noviembre la ciudad de Cumaná cumplió 498 de su fundación, convirtiéndose en la primera ciudad del continente americano fundada por la corona española. Sin embargo, en este milenio, Cumaná es la última ciudad del continente en desarrollo en todos los sentidos. Los venezolanos no merecemos vivir en pobreza ya no crítica sino arrecha. Somos un país rico en petróleo y recursos naturales renovables. Los venezolanos, sobre todo aquellos de los sectores populares lo que buscan es disfrutar de más comodidades y lograr convertirse en clase media trabajadora. Ser clase media no se logra adquiriendo cosas sino superándose por medio del trabajo digno y bien remunerado. Tener un TV pantalla plana que ocupe toda la sala de la casa no es sinónimo de progresos. Nuestra gente entiende que tenemos serios problemas económicos generados por este cogollo de políticos que lleva al frente del poder 15 años. Estos actores políticos responsables del desastre económico, social y moral de mi país los debemos cambiar por actores políticos dispuestos a convertirse en servidores públicos que resuelvan los problemas de las comunidades. Cómo logramos que estos actores de progreso asuman gobierno? Con organización política con la que podamos estar o no de acuerdo ya que de lo que se trata es de salir de este comunismo cucuteño cubano rancio. La oportunidad es ahora la que tenemos los venezolanos de llevar a nuestro municipios el progreso que todos queremos y nos merecemos. No se trata de andar desnudos o con hambre para defender un proyecto político rancio y de carácter de necrofilia. Se trata que rescatar a nuestra Venezuela de la miseria en la que vive una buena parte de nuestra población. Nunca antes habíamos tenido tanta hambre y desempleo como en este momento. Vivimos actualmente en un país donde se sale con dinero y se regresa a la casa con dinero porque no se consigue alimentos para comprar, como por ejemplo: leche, pollo, carne, etc. Los venezolanos no queremos violencia ni legal ni ilegal. Quienes generan la violencia actualmente son aquellos que ayer se colocaban una capucha para provocar violencia y que hoy ocupan cargo de gobierno. Que busca el régimen con la violencia? Que no se movilice el pueblo el 8 diciembre que quiere una alternativa democrática que genere paz, seguridad y progreso. Todas las encuestas serias dicen que se va a dar una gran alta participación popular en las elecciones municipales a favor de la alternativa democrática  y eso tiene al régimen cucuteño cubano muy preocupado. Generalmente los venezolanos le daban poca importancia a las elecciones municipales, pero estas elecciones del próximo 8 diciembre se convertirán en un plebiscito. Eso le preocupa al régimen del presidente electo y proclamado por el CNE N. Maduro y por eso recurre a la violencia tanta psicológica como física. Hemos visto como en un acto de impotencia y rabia el régimen ataca al líder de la alternativa democrática H. Capriles, no solo verbal sino también físicamente no dejando que despeguen los aviones donde se moviliza sino que ahora le queman tarimas y peor aun intenta asesinarlo quemándolo dentro del autobús donde en esta semana iba a un acto en la ciudad de Maracay. El régimen no haya como detener los actos de calle que la alternativa democrática por medio del líder de la unidad nacional H. Capriles hace en toda Venezuela apoyando a los candidato de la unidad que se transforma en actos de masa popular que en algunos casos superiores aquellas que se hicieron para las elecciones del 14 abril. Son concentraciones que se hacen sin televisión, radio e incluso sin tarima. La gente va a esas concentraciones porque quiere cambio y ese cambio viene. La verdad verdadera es que el pueblo venezolano aprendió a distinguir realidad de demagogia, aprendió a diferenciar entre “pan para hoy y hambre para mañana”. Que no quepa duda: El pueblo va a ganar, combinando calle y voto!   
Animo Venezuela!
Dios y La Virgen de Coromoto nos bendigan. Amén.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Necrofilia Vs Progreso


Falta de vivienda, empleo, escasez de alimentos, seguridad, falta de insumos médicos en el país son el Padre Nuestro de todos los días en mi país. Mientras situaciones como estas constituyen el día a día de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, el grupo que está en el poder pretende convertir al país en una suerte de “piñata electrodoméstica” para volver a utilizar el odio social como sustituto de su inexistente mensaje político. Estando a las puertas de unas elecciones municipales que en realidad constituyen una prueba de fuego para un gobierno que tiene legitimidad estítica e irresponsabilidad diarreica, los verdaderos oligarcas de este país (“Oligarquía: Gobierno de unos pocos…”) profundizan la inseguridad, la inestabilidad y el caos con sus frases altisonantes y su actitud pendenciera “Que no quede nada en los anaqueles”. Es obvio que todo esto persigue impactar los resultados de los comicios del 8D. Tradicionalmente los venezolanos solemos dar a las elecciones municipales una importancia menor, al no estar en disputa la cabeza del poder. Esto ocasiona márgenes importantes de abstención que transforman estos comicios en competencias de maquinarias, ganadas por quien tenga más dinero y capacidad logística, áreas en las que nadie puede competir con el Petro-Estado hoy “privatizado” por el PSUV. Pero con estas elecciones municipales del 8D parece estar ocurriendo algo distinto: por un lado las encuestas hablan de una intención de voto cercana a 80%, algo absolutamente atípico para este tipo de comicios. Por otro, las movilizaciones de masas que acompañan a Henrique Capriles en su gira nacional de apoyo a los candidatos de la Unidad (realizadas sin televisión, sin publicidad, sin dinero ).Calle y encuestas están diciendo que el pueblo venezolano está consciente de la gravedad de la crisis porque la vive, la sufre, y está buscando a través de la participación electoral una salida en paz y democracia. Ante esta situación, en que una masiva participación popular relativizaría la ventaja gubernamental del ilegal uso partidario de la maquinaria estatal, la oligarquía roja ha optado por la violencia. Discursiva primero, focalizada después, generalizada finalmente, el uso de la fuerza simbólica y física es la opción escogida para mantenerse en el poder por un proyecto político que hasta el 14 de abril de 2013 venía descendiendo y que desde esa fecha se desploma en picada. Es por eso que el gobierno hace coincidir el arranque de la campaña con la “piñata electrodoméstica”, iniciándose así formalmente el esfuerzo electoral en un ambiente signado por las amenazas de saqueo, atropello de funcionarios, provocaciones de “colectivos” y cualquier otra irregularidad. También por eso coincidirá el desarrollo de la campaña electoral con las agresiones y persecuciones que podrán desatarse ahora con la coartada de la llamada Ley Habilitante, obtenida mediante recursos antiéticos, de las que la amenaza de cárcel contra el candidato unitario a la Alcaldía de Valencia Miguel Cocchiola . Por eso el gobierno hace coincidir la fecha de las elecciones con el decreto de una jornada especial de necrofilia política y sectarismo partidario, al declarar el 8 de Diciembre como “Día del Amor y la Lealtad a Chávez” y anunciar la realización ese día de una serie de actos y movilizaciones, a pesar de que la Ley electoral expresamente prohíbe este tipo de reuniones públicas durante el transcurso de una jornada comicial. Es así como saqueos, Ley Habilitante y “Día de la Necrofilia Política” constituyen tres pasos de una misma estrategia dirigida a promover la abstención, a alejar a los ciudadanos de las calles y de las mesas de votación, para seguir convirtiendo la democracia en un cascarón vacío donde en vez del pueblo mande la violencia cobarde de quien se sabe protegido por la impunidad. Por eso, serenidad, coraje y decisión deben ser las características de la mayoría democrática en este importantísimo tramo del camino que culminará con la victoria del pueblo libertario el 8D y que hará evidente que este gobierno, señalado al fin por importantes sectores de la población como responsable de la crisis económica y del desastre de la inseguridad. Animo Venezuela!

viernes, 15 de noviembre de 2013

Que nada te detenga



En la mañana del sábado 9 de noviembre las redes sociales amanecieron inundadas con imágenes del presunto saqueo y efectivos destrozos perpetrados el día viernes contra la sucursal en Valencia de la cadena de venta de electrodomésticos “Daka”. Todo esto ocurrió tras los anuncios formulados por el señor Nicolás Maduro Moros, presidente proclamado por el CNE, en una alocución transmitida la tarde del viernes en radio y TV desde el Barrio “El Esfuerzo” en Puerto La Cruz, Anzoátegui, convenientemente lejos de los acontecimientos. Tiene razón el señor Maduro al decir que él venía advirtiendo sobre la adopción de medidas de esta naturaleza. La “ofensiva” gubernamental contra el sector comercio estaba anunciada, y en realidad era esperable: El Banco Central de Venezuela certifica que desde 1950 no había tenido Venezuela un mes de octubre con inflación intermensual tan alta; faltando aun el “pico” estacional de noviembre y diciembre, ya el acumulado anual de la inflación en Venezuela es casi 48% (la más alta del mundo), y la inflación anualizada (de octubre de 2012 a octubre 2013) en el sector alimentos, que es la que con más saña golpea el bolsillo y el estómago de los más pobres, alcanza 70%. Estos números significan hambre, precariedad, privaciones para el pueblo. Sobre todo si a esta situación de altos precios añadimos la realidad de la escasez. Durante meses la propaganda de Maduro negó que hubiera escasez y carestía. Dijeron que lo que había eran “compras nerviosas” estimuladas por una supuesta “guerra psicológica”. Colocado contra la pared por la realidad y por el propio Banco Central, el gobierno admite finalmente que si hay inflación y desabastecimiento, pero intenta ahora “fabricar” un culpable para no asumir su responsabilidad. Como ya arrasaron, a punta de expropiaciones e invasiones, con la producción agrícola y pecuaria venezolana, y como ya exterminaron a la mitad de las industrias que existían en nuestro país en 1998, ahora los burócratas emprenden “la guerra” contra lo que queda: El comercio. Quienes "critican a Nicolás" no somos sólo quienes resistimos al proyecto autoritario desde hace 14 años sino quienes se llaman tropa. En realidad los pobres de Venezuela (opositores, independientes y hasta muchísimos chavistas)  ya aprendimos que los remedios que el gobierno aplica suelen ser peores que las enfermedades que pretenden curar. Los trabajadores que aplaudieron la estatización de los Hipermercados “Éxito” son los mismos trabajadores de los Mercados Bicentenario que hoy protestan en las calles la violación de sus derechos laborales y constitucionales. Los trabajadores que ayer celebraron la estatización de SIDOR o de las cementeras son los mismos que hoy denuncian que las mafias enchufadas controlan el mercado negro de la cabilla y el cemento. A partir de esa experiencia, le costará a gobierno encontrar ahora quien le acompañe en su guerra contra el comercio pues, oportunistas aparte, el pueblo sabe que cada comerciante legítimo que saquen del mercado será sustituido por un especulador con impunidad garantizada por sus conexiones con las mafias rojas.
Los saqueadores NO SON LA MAYORIA DEL PUEBLO VENEZOLANO.  Los saqueadores son una minoría cobarde, que actúa porque se sabe impune y apoyada, que se "pasa los datos" a través de la redes sociales (se hacen llamar "#tropa") cada vez que el discurso del poder hace expreso el permiso para las tropelías, y que llega en camionetotas doble cabina para transportar cómodamente lo robado.  Pero que nadie se equivoque: LA INMENSA MAYORIA DEL PUEBLO VENEZOLANO (incluyendo a los que decían "mi Comandante tiene buen corazón, pero está mal rodeado") LO QUE QUIERE ES SALIR DE ESTA ZOZOBRA, DE ESTA VIOLENCIA, DE ESTA SINVERGUENZURA HECHA GOBIERNO. El pueblo no quiere más demagogia ni irresponsabilidad. Lo que queremos es cambio.  No un cambio que dure cinco minutos, sino aquel que permita reconstruir un país de valores, principios, cultura del trabajo, respeto y progreso. Cambio democrático, dentro de la Ley y la Constitución. Y a ese cambio no lo para nadie. Animo Venezuela! Que Nada Te Detenga…

viernes, 8 de noviembre de 2013

Con mi burrito sabanero



El pasado viernes 1 de noviembre el Sr. Nicolás Maduro Moros, presidente proclamado por el CNE, informó que su Despacho había decidido adelantar la Navidad en beneficio, obviamente, de la suprema felicidad del pueblo y también para dificultar las oscuras actividades de quienes quieran generar alboroto, habida cuenta de las dificultades por las que estaría pasando la población en virtud de la supuesta guerra económica que contra su gobierno habrían declarado, quienes más iban a ser, la “oligarquía” y “el imperio mesmo”. El centro de tal adelanto serían unas ferias navideñas socialistas que se realizarán en toda Venezuela desde el 1 de noviembre hasta el 15 de diciembre, en las que el gobierno venderá juguetes y alimentos de tradicional consumo masivo durante la temporada navideña a precios justos. Hasta allí, todo va bien. Es lógico que un gobierno procure optimizar la distribución de bienes de consumo masivo en una temporada en la que un mayor consumo estacional dispara conductas especulativas. Lo anormal no está en los anuncios, sino en la realidad. En esta Navidad 2013 los venezolanos estamos peregrinando de mercado en mercado, de abasto en abasto, de bodega en bodega, buscando no los aliños navideños, sino la leche, el aceite, el azúcar, lo más elemental. Hoy la gente se agolpa no para conseguir las verdes hojas para envolver las hallacas, sino para conseguir algún rollo de papel higiénico. Esta Navidad la número 15 que Venezuela intenta celebrar bajo el signo de los gobiernos que se iniciaron en 1999, y la segunda con Nicolás Maduro ocupando, de la manera que sea, la silla presidencial será una Navidad bajo el signo de la precariedad. Como en las naciones que han padecido guerras o inmensas desgracias como terremotos o inundaciones, la Navidad venezolana del 2013 intentará abrirse paso entre el desabastecimiento en el mercado formal y bajo la hegemonía del mercado negro. Es a una Navidad así a la que tempranamente nos invita el señor Maduro Moros, una Navidad en la que no escasearán los juguetes más promocionados, sino TODOS los juguetes, porque al gobierno no le dio la gana de dar a tiempo los dólares a los importadores. También en ese aspecto no debe llamar a asombro las declaraciones del Sr. Maduro Moros, al señalar que tanta precariedad en la Navidad venezolana solo puede explicarse como resultado de una “guerra económica” contra el pueblo venezolano. En eso tiene razón. Lo que en sus declaraciones no es demasiado creíble es cuando señala quienes habrían desatado esa “guerra” contra el pueblo. En efecto, cuando Maduro dice que detrás de la “guerra económica está el Imperio Norteamericano” olvida que, muy por el contrario, tal “imperio” es en realidad su principal socio comercial. De hecho, es el único que le paga en efectivo el petróleo que hacia allá exportamos: el gobierno ruso nos paga con cachivaches militares y helicópteros que se caen; el gobierno chino no nos paga porque le vendimos a futuro hasta el alma; el gobierno cubano nos paga invadiéndonos, el gobierno argentino nos paga con bonos-basura de su invendible deuda externa, el gobierno dominicano nos paga con caraotas y los gobiernos boliviano y nicaragüense, en el colmo de la chulería, sencillamente no nos pagan de ninguna manera. Así, Estados Unidos está detrás no detrás de la “Guerra Económica”, sino en realidad es el soporte casi único de la sobrevivencia económica del maduro-cabellismo. Culpar a “la burguesía” de la guerra económica también es una temeridad, pues lo que queda de la burguesía tradicional venezolana está en manos del gobierno desde hace mucho tiempo, en virtud del control de cambio. El oficialismo tiene una garra muy poderosa, llamada “el cadivismo”, y con eso asfixia a quien quiere y deja vivir a quien le conviene. La realidad de los hechos, es que la “guerra económica” contra el pueblo empezó cuando Hugo Chávez embistió contra la autonomía del Banco Central de Venezuela. El gobierno logró su propósito, colocó al Banco Central como un ente subalterno, supeditado a sus caprichos, y hoy tenemos el país que tenemos: los productores del campo están más quebrados que nunca, y el BCV intenta desesperadamente “recoger la liquidez” que ellos mismos lanzaron a la calle, dinero emitido sin respaldo, mucha plata que tiene poco que comprar. Por eso es que hoy un paquete de pañales desechables cuesta lo que antes costaba un vehículo. Es la autopista a la hiperinflación, la única construida en estos 15 años. Hay que decirlo con claridad: Este gobierno podrá “adelantar” la Navidad por decreto. Es más, puede adelantar el Carnaval, la Semana Santa y el Día de la Madre del año que viene, si les da la gana. Pero de la revolcada que les va a dar el pueblo el 8 de Diciembre en las elecciones municipales no los salva nadie. Ese día el Rey quedará desnudo. Será evidente que este gobierno, culpable de la crisis económica y del desastre de la inseguridad, además es abrumadoramente minoritario. Y se abrirán en consecuencia las puertas en nuestro querido país para el cambio de verdad en democracia y libertad. Animo Venezuela!
Dios junto a la Sagrada Familia de Nazareth nos bendigan. Amén

viernes, 1 de noviembre de 2013

Queremos ser felices


Queremos ser felices en Venezuela pero sin un ministerio de la suprema felicidad. Para que exista felicidad debemos tener un gobierno comprometido con la Constitución donde se establece que el estado debe ser garante de la unidad nacional, promotor del empleo pero sobre todo la seguridad de  todos los venezolanos. Te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso (Mario Benedetti). Pero cómo podemos ser felices y sonreír cuando vemos nuestro país hundido en el desastre, la locura, la pobreza y la inseguridad? Es difícil que el pobre o padre de familia que tenga que madrugar para ubicar alimentos y soportar largas colas para comprarlo sonría. Es difícil sonreír cuando hemos perdido un familiar o amigo victima de la inseguridad. En los países donde ha estado el comunismo lo menos que se vive es en felicidad. Cuáles son esos países? Rusia, China, Cuba y ahora Venezuela. En regímenes totalitarios la sonrisa es obligatoria, la felicidad es un asunto de estado, de compulsión burocrática de directiva ministerial. En esos regímenes no sonreír cuando el gobierno quiere es correr el peligro de que el régimen nos considere enemigos internos trayendo como consecuencia persecuciones políticas, enjuiciamientos injustos tan solo por el hecho de decir la verdad ante la mentira, que se puede pagar con prisión e incluso la muerte como suele ser en esas sociedades y ahora en nuestro país lamentablemente donde los poderes no son independientes sino dependientes del mandatario (dictador) de turno. En Venezuela esta semana se conoció, entre pitos y rechiflas, la creación de un “Vice Ministerio para la Suprema Felicidad del Pueblo”, donde tenemos y viven compatriotas nuestros que han perdido seres queridos en manos de la delincuencia y en manos de los órganos de seguridad del estado de manera injusta. Muchos de esos delincuentes que asesinan a mis compatriotas han comprado sus armas con créditos que el régimen les ha dado a través de un Movimiento por la Paz y la Vida. Los venezolanos queremos un país donde las mujeres no tengan que sobrevivir en medio de la pobreza convertida ahora en miseria. Los venezolanos queremos un país donde el estado esté al servicio de la gente y no al revés. Los venezolanos queremos un país donde la felicidad no sea una consigna sino una realidad. Los venezolanos queremos un país donde podamos ser felices sin hacer colas para comprar alimentos, papel higiénico y gas domestico. Queremos un país donde tengamos gobernantes honestos y no chulos de la riqueza que nos pertenece a los venezolanos de a pie. Queremos un país donde ningún compatriota se vaya a dormir sin haber comido. Queremos un país donde los niños sonrían de felicidad por tener sus juguetes en navidad, sus uniformes escolares, sus parques para recrearse y jugar. Nuestros jóvenes quieren un país con oportunidades de estudio y trabajo. Nuestros ancianos merecen un país donde ellos reciban mejor pensión de vejez, tarjeta de alimentación y medicamentos. Merecemos un país distinto al que nos dejó Simón Bolívar. Merecemos un país en democracia y no en comunismo. Merecemos un país que camine hacia el progreso. Merecemos un país donde se promueva la producción nacional. Merecemos un país donde los gobernantes sean funcionarios públicos. Lo podemos tener y lo vamos a lograr si tomamos nuestro protagonismo y salimos a luchar en democracia por lo que nos pertenece a través del voto. La Venezuela que queremos la tenemos en nuestras manos. Animo Venezuela! Dios y La Virgen de Coromoto nos bendigan. Amén.