viernes, 25 de octubre de 2013

Maná



Pasan los días y también las horas para sentirnos los venezolanos más ahogados por la inflación, escasez de alimentos, falta de empleo e inseguridad en la que estamos viviendo la mayoría de los venezolanos, sobre todo los venezolanos de a pie que no tenemos guarda espaldas sino a Dios y a los ángeles de la guarda que Dios nos envía para protegernos. Sin embargo, todos los días mueren compatriotas honestos en manos de malandros quienes andan mejor armados que los mismos órganos de seguridad del régimen actual. Pero también mueren venezolanos por falta de insumos médicos en los centros de salud pública. Otros venezolanos mueren de hambre. Si, de hambre aunque cueste creerlo sobre todo en un país rico en recursos renovables y no renovables como el petróleo. Aumenta el costo de la vida y los salarios siguen siendo de miseria y hambre que no logran satisfacer las necesidades básicas de los humildes hogares de mi patria. La situación difícil económica que estamos viviendo perjudica la salud mental. Un estudio reciente de especialistas de la conducta humana dicen: “Un problema de salud mental grave” se percibe entre los venezolanos según argumenta el doctor Juan Carlos Branger, médico conductista al comentar que la situación económica actual está perturbando la estabilidad emocional de los ciudadanos, hasta el punto que una de cada tres personas en el país está padeciendo de un “desajuste emocional”. Por supuesto que quienes nos preocupa la situación del país no logramos dormir, otros no duermen ya que les toca hacer enormes colas de una noche para el día para poder comprar alimentos o cemento. Obvio que los únicos que duermen bien son aquellos que tiene su vida resuelta ya que son burócratas ocupando cargo de gobierno bien sea por elección popular o por enchufados en el gobierno nacional, regional o municipal quienes cada día los vemos vamos obesos y cachetones al tal punto que ya no caben en la ropa. En la mayoría de los sectores humildes de mi país se nota como los gobiernos se aprovechan del pueblo haciéndoles promesas electorales que al llegar a gobierno no cumplen. El Papa Francisco dijo recientemente: “A la gente la empobrecen para que luego voten por quienes los hundieron en la pobreza”. Quienes hemos leído la Biblia, sobre todo el libro del Éxodo 16,22 se nos habla del Maná que  era el pan enviado por Dios todos los días durante los cuarenta años que estuvieron los Israelita en el desierto. Nosotros no llevamos 40 años en el desierto, pero si 15 años de una mal llamada revolución que no es otra cosa que socialismo comunismo cubano que lo único que ha generado es pobreza, desempleo y enriquecimiento de quienes hoy gobiernan el país. En Venezuela Dios nos ha dado un Maná que lo llamamos petróleo, el cual lleva rato sobre los 100$ el barril pero que sin embargo los venezolanos no lo recibimos como lo deberíamos recibir. Necesitamos gobernantes que distribuyan ese Maná a los sectores humildes convertido en cestas de amor de alimentos, canastillas para todos los niños recién nacidos, micro créditos para los emprendedores que quieran trabajar y promover empleo. En resumen, necesitamos de gobernantes comprometidos con la democracia y el pueblo venezolano dispuestos a trabajar y sacar a mi pueblo de la pobreza y miseria en la que vive la mayoría de mi gente. Para derrotar a esa burocracia corrupta que antepone sus ambiciones, complicidades y caprichos a las necesidades de la gente, el pueblo no necesita “habilitante”, sino lucha diaria y voto firme. Y de ambas cosas hay bastante. Animo Venezuela! 
Dios y La Virgen de Coromoto nos bendiga.

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