viernes, 27 de septiembre de 2013

De portaviones a paracaidistas



Cada día que pasa aumenta la decepción de aquellos que alguna vez estuvieron de acuerdo y apoyaron el proceso mal llamado revolución que no era otra cosa que socialismo convertido en comunismo. El Beato Juan Pablo II lo definió como socialismo comunismo rancio. Precisamente esta definición la hizo el Beato Juan Pablo II ejerciendo su rol de pastor de la Iglesia pero también su misión profética en la Habana Cuba.  Durante más de una década, los venezolanos tuvimos un presidente que ejercía un rol de portaviones para aquellos que él, de manera autoritaria, con verbo en imperativo categórico designaba como candidatos para cualquier cargo de elección popular.  Candidato que era designado por el líder de la revolución llevaba la certeza que lograría convertirse en gobernador, alcalde, diputado, etc. El líder del socialismo del siglo XXI partió, como ser mortal, a la presencia de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y en la presencia de la Santísima Trinidad debe estar rindiendo cuenta de sus obras realizadas mientras tuvo oportunidad de hacerlas en este mundo. El detalle está, que él estaba acostumbrando a  largos monólogos de cadena de radio y TV donde quienes lo oían aplaudían cualquiera de sus ocurrencias,  pero en el cielo delante de Dios no es él quien habla sino sus obras realizadas en este mundo. Dios lo llamó hace algunos meses dejando sin liderazgo a quienes lo seguían. Ese liderazgo no es heredable ni transferible. Es por eso que el portaviones hoy se ha convertido en paracaidistas. Hoy, algunos con asombro, otros con burla, pero todos se preguntan: Cómo pasó esto? Cómo es posible que un proyecto político que hace apenas dos años parecía invencible, hoy sea rechazado hasta por sus propias bases? Cómo ocurrió que los mismos venezolanos que apenas ayer decían “con Chávez todo”, hoy dicen “con Maduro nada” y “con Diosdado menos”. La oligarquía roja, con su ineficiencia, su corrupción, su prepotencia, está agrediendo a todo el pueblo, incluyendo a las bases chavistas. Muchas son las historias de chavistas que no se dejaron imponer candidaturas y por eso optaron irse por la calle del medio generando división interna del GPP. Son una muestra homeopática de como la distancia entre la dirigencia oficialista y su base social, brecha que siempre ha existido, pero que antes era disimulada por la popularidad del ex – presidente Hugo  Chávez, ya no es una grieta, sino un abismo. Por ese abismo caen en picada los grises burócratas que a punta de propaganda y realazos tratan de mantener la ficción de un poder que nunca tuvieron, pero que pretendieron heredar. Antes, esos burócratas usaban la imagen de Chávez como portaaviones, para llegar sobre su prestigio a posiciones que jamás hubieran alcanzado si sólo hubieran dependido de su talento, trabajo o trayectoria. Una vez ausente Chávez, saben ya que el “portaaviones” no existe, pero intentan aun usar la imagen del presidente fallecido como paracaídas que haga más lento su inevitable descenso. Es por eso, que Diosdado anda visitando las regiones convocando a la unidad dentro del GPP. Pero el descenso es seguro: Alguien ha visto alguna vez a un paracaidista cayendo hacia arriba? Este país está en transición. No se trata de “candelitas”. Se trata del agotamiento de un proceso. Todo el mundo, dirigentes y ciudadanos, debemos estar a la altura de lo que viene: un cambio de verdad, pacífico y constitucional, hacia la democracia, el bienestar económico para todos y la libertad. La ruta hacia la democracia debe ser por el camino electoral. Cero atajos o caminos verdes. La alternativa democrática eligió por primarias candidatos alcaldes y quienes no salieron favorecidos hoy los vemos caminando con los candidatos alcaldes de la alternativa democrática. Animo Venezuela!
Dios y La Virgen de Coromoto nos bendigan.

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