Cada
día la situación en el país se nos pone peor o color de hormiga sobre todo para
aquellos que sobre vivimos en un país rico en reservar petroleras pero donde la
mayoría de los venezolanos vivimos en la pobreza, unos en la pobreza crítica y
otros en la pobreza extrema casi llegando a la miseria o pobreza arrecha sobre
todo en los sectores más humildes de nuestra sociedad venezolana. En la mayoría
de nuestros barrios vemos gente mal alimentada, obesa por la cantidad de
carbohidratos que comen nuestros compatriotas venezolanos. Basta salir de tarde
y escuchar como desde adentro de los hogares humildes se oyen gritos como este:
María
monta las arepas. Arepas con qué mamá? Será con amor hija porque no tengo
dinero para el queso y menos para un huevo y mantequilla no se consigue ni en
MERCAL. Por primera vez en la historia del siglo XXI la inseguridad
pasó a segundo plano dejando el tema económico por encima de todos los
problemas que tenemos los venezolanos, ya que la economía nos está afectando a
todos por igual en el país. El dinero que reciben nuestros trabajadores, ganado
con el sudor de su frente y con mucho esfuerzo se vuelve sal y agua porque no
cubre las necesidades básicas de nuestros compatriotas. En muchas regiones del
país no se discute contrato colectivo con los trabajadores por lo menos desde
hace 10 años dejando, en algunos casos, trabajadores profesionales con salarios
por debajo del mínimo decretado por el régimen actual venezolano. Según el
slogan del presidente proclamado por el CNE
tenemos un presidente obrero. Pero la realidad es otra. Vemos un
presidente burgués en todos los sentidos. Definitivamente los trabajadores del
ejecutivo central, regional o municipal son unos héroes porque a pesar de tener
salarios que no cubren sus necesidades, logran con esfuerzo medio llevar
alimentos a sus hogares dejando para cuando se pueda tener dinero salir de
paseo, vacaciones u otro tipo de recreación familiar. El salario diario de un
trabajador no alcanza ni para ir al cine con la novia. La temporada vacacional
que termina, por problemas económicos, obligó que muchos profesionales como
educadores, médicos, empleados públicos y hasta privados no salieran con sus
familias de vacaciones ya que salir de sus casas o regiones implica gastos que
con los actuales salarios se hace difícil vacacional o ir de visitas donde
amigos y familiares que viven otras zonas del país. La pobreza poco a poco va
ganando espacios en nuestro país. a diario vemos en semáforos, calles o salidas
de comercios gente con la mano estirada esperando que alguien deposite en ellos
una moneda que no es otra cosa que limosna. Los más afectados por la inflación
que se vive en el país son los pobres que no solo toca sus bolsillos sino
también sus estómagos. Sí, sus estómagos, porque sin dinero se hace misión
imposible comprar alimentos. Según el Banco Central de Venezuela la inflación
está en 44,5% y comparando fechas con las del año pasado los alimentos han
aumentado en 65%, es decir, que alimentarse cuesta 65 veces más que el año
pasado. Quienes caminamos los sectores humildes de nuestras nos damos cuenta en
el rostro de los niños y ancianos el hambre que pasa nuestra gente. Esto no
tiene perdón de Dios. No lo tiene perdón de dios ya que somos el país con las
mayores reservas de petróleo en el mundo donde más de la mitad de nuestros
compatriotas se va a la cama o chinchorro como dice mi abuela con la cruz en la
boca, es decir, sin comer mientras nuestros burócratas los vemos obesos,
cachetones y barrigones dándose la buena vida, tomando whiskys del más caro. Mientras
tanto, le dicen al pueblo que “ser rico es malo”. Será más bien que ser pobre
es malo para nuestros burócratas. Esto puede cambiar si los venezolanos el
próximo 8D salimos a votar por hombres y mujeres dispuestos a llevarnos al
progreso social y económico del país. Animo
Venezuela!
Dios y La Virgen de Coromoto nos bendigan
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