viernes, 13 de septiembre de 2013

Inflación y hambre



Cada día la situación en el país se nos pone peor o color de hormiga sobre todo para aquellos que sobre vivimos en un país rico en reservar petroleras pero donde la mayoría de los venezolanos vivimos en la pobreza, unos en la pobreza crítica y otros en la pobreza extrema casi llegando a la miseria o pobreza arrecha sobre todo en los sectores más humildes de nuestra sociedad venezolana. En la mayoría de nuestros barrios vemos gente mal alimentada, obesa por la cantidad de carbohidratos que comen nuestros compatriotas venezolanos. Basta salir de tarde y escuchar como desde adentro de los hogares humildes se oyen gritos como este: María monta las arepas. Arepas con qué mamá? Será con amor hija porque no tengo dinero para el queso y menos para un huevo y mantequilla no se consigue ni en MERCAL. Por primera vez en la historia del siglo XXI la inseguridad pasó a segundo plano dejando el tema económico por encima de todos los problemas que tenemos los venezolanos, ya que la economía nos está afectando a todos por igual en el país. El dinero que reciben nuestros trabajadores, ganado con el sudor de su frente y con mucho esfuerzo se vuelve sal y agua porque no cubre las necesidades básicas de nuestros compatriotas. En muchas regiones del país no se discute contrato colectivo con los trabajadores por lo menos desde hace 10 años dejando, en algunos casos, trabajadores profesionales con salarios por debajo del mínimo decretado por el régimen actual venezolano. Según el slogan del presidente proclamado por el CNE  tenemos un presidente obrero. Pero la realidad es otra. Vemos un presidente burgués en todos los sentidos. Definitivamente los trabajadores del ejecutivo central, regional o municipal son unos héroes porque a pesar de tener salarios que no cubren sus necesidades, logran con esfuerzo medio llevar alimentos a sus hogares dejando para cuando se pueda tener dinero salir de paseo, vacaciones u otro tipo de recreación familiar. El salario diario de un trabajador no alcanza ni para ir al cine con la novia. La temporada vacacional que termina, por problemas económicos, obligó que muchos profesionales como educadores, médicos, empleados públicos y hasta privados no salieran con sus familias de vacaciones ya que salir de sus casas o regiones implica gastos que con los actuales salarios se hace difícil vacacional o ir de visitas donde amigos y familiares que viven otras zonas del país. La pobreza poco a poco va ganando espacios en nuestro país. a diario vemos en semáforos, calles o salidas de comercios gente con la mano estirada esperando que alguien deposite en ellos una moneda que no es otra cosa que limosna. Los más afectados por la inflación que se vive en el país son los pobres que no solo toca sus bolsillos sino también sus estómagos. Sí, sus estómagos, porque sin dinero se hace misión imposible comprar alimentos. Según el Banco Central de Venezuela la inflación está en 44,5% y comparando fechas con las del año pasado los alimentos han aumentado en 65%, es decir, que alimentarse cuesta 65 veces más que el año pasado. Quienes caminamos los sectores humildes de nuestras nos damos cuenta en el rostro de los niños y ancianos el hambre que pasa nuestra gente. Esto no tiene perdón de Dios. No lo tiene perdón de dios ya que somos el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo donde más de la mitad de nuestros compatriotas se va a la cama o chinchorro como dice mi abuela con la cruz en la boca, es decir, sin comer mientras nuestros burócratas los vemos obesos, cachetones y barrigones dándose la buena vida, tomando whiskys del más caro. Mientras tanto, le dicen al pueblo que “ser rico es malo”. Será más bien que ser pobre es malo para nuestros burócratas. Esto puede cambiar si los venezolanos el próximo 8D salimos a votar por hombres y mujeres dispuestos a llevarnos al progreso social y económico del país. Animo Venezuela!
Dios y La Virgen de Coromoto nos bendigan

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