miércoles, 17 de octubre de 2012

Realidad venezolana



Algunas personas, entre ellos amigos, incluso del continuismo del régimen venezolano me han preguntado el por qué escribo a través de este medio y más el por qué hablo de política si soy presbítero. Mi respuesta siempre ha sido clara y directa. Por dos razones expreso lo que pienso ya que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela me da ese derecho por ser venezolano. Soy venezolano de nacimiento y como venezolano tengo derecho de expresar mis ideas y lo que veo en el rostro de muchos compatriotas y lo que escucho de la gente que como yo anda a pie transitando las calles de Venezuela. Es cierto que tengo un sacramento que imprime carácter sacramental como lo es el orden sacerdotal pero como bautizado que igual es un sacramento que imprime carácter y que a la vez me hace Iglesia me obliga a no quedarme cayado antes las injusticia que a diario uno ve, ya que, sino lo hago cometo pecado de omisión. Todo bautizado es Iglesia y tiene una misión profética que cumplir como lo es de anunciar el evangelio y desde el evangelio denunciar las injusticias que ve en su comunidad. La otra razón por la cual escribo por este medio es porque su editor y demás miembros de este espacio así me lo han pedido. No es fácil escribir a través en los medios ya que se debe tener disciplina de lectura, escritura para no cometer errores ortográficos, etc. Pero lo más importante es que al escribir uno expresa sus ideas a un grupo de lectores que en su mayoría tal vez no piensan como uno y si lo hace sería muy aburrido pero que sienten y padecen los problemas que muchos venezolanos vivimos a diario como lo es la inseguridad, el desempleo, la falta de insumos médicos en hospitales y ambulatorios, la dotación de escuelas que por cierto solo son tomadas en cuentas en momentos electorales, etc.
Los venezolanos que andamos a pie y no en vehículos costosos y de paso custodiados por funcionarios policiales o militares, vivimos uno realidad muy triste a la que viven ellos. Vivimos en una Venezuela rica en recursos naturales renovables y no renovable como lo es el petróleo pero donde una buena parte de los venezolanos viven en medio de la pobreza ya que el estado socialista comunista y rancio solo se preocupa por ellos cuando hay actividad electoral como la reciente que tuvimos el pasado el 7 octubre, donde no ganó Venezuela sino el gobierno que se convierte en continuismo con una gestión de gobierno que va para 20 años que se resume en ineficacia, fracaso y engaño para con aquellos que le depositan su confianza a través del voto que por lo general no es de conciencia sino tarifado.
Los venezolanos vivimos en un país que poco a poco se nos va destruyendo desde lo moral, ético y estructural. No podemos quedarnos de brazos cruzados solo como observadores mientras vemos como se nos pierde el país. En Venezuela tenemos personas que a pesar de su edad avanzada como es el caso de mi abuelo con sus 91 años no se rinden y menos se entregan dejándole nuestra patria a un grupo de malandros que cada día se hacen más rico mientras los venezolanos nos convertimos en pobres.
Podemos recuperar el país formando a los niños y jóvenes en los valores, enseñándoles que las cosas se ganan con estudio, esfuerzo y trabajo. Los padres deben estar atentos a la formación de sus hijos y ser vigilantes de lo que hacen, con quienes se reúnen y donde pasan el día. Lamentablemente algunos hogares se han convertido en residencia donde cada quien come y duerme a la hora que le provoca, donde cada quien entra y sale de la casa sin decir a donde va o donde estuvo. Llegó la hora de crear conciencia ciudadana empezando por el hogar.
El próximo 16 de diciembre tenemos otra oportunidad de recuperar a Venezuela y de tener una bonita navidad venezolana y eso es votando por aquellos hombres y mujeres que convertiremos en funcionarios públicos y servidores como gobernadores de estados. Tenemos que elegir gobernadores que le resuelvan los problemas a los venezolanos ya que al gobierno no le interesa resolver los problemas de nadie sino más bien la construcción de un proyecto político que nos lleva al fracaso. Nos merecemos un gobierno que promueva el empleo, la seguridad, la paz, la unidad y el bienestar de todos los venezolanos.
La realidad venezolana solo cambiará si los venezolanos nos ponemos de acuerdo y nos unimos en la reconstrucción de la Venezuela que no debe caminar al socialismo comunismo sino la democracia participativa, protagónica y descentralizada donde nos encontramos el mayor número de venezolanos viviendo una Venezuela que no nos brinda seguridad y ni bienestar económico y social.
Tenemos prohibido equivocarnos y rendirnos!
Dios y La Virgen de Coromoto nos bendiga. Amén.

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