De qué habla el gobierno cuando habla de
“paz” y “vida”? La pregunta no es retórica. Este gobierno ha retorcido el
idioma hasta transformarlo en una neo-lengua burocrática, con poco de
castellano y mucho de cinismo. El curioso español que habla el gobierno
disfraza la realidad de nuestros mercados desabastecidos con el término
“acaparamiento”. Esa desgracia llamada “inflación” la enmascara tras la palabra
“especulación”; la destrucción de la moneda no es devaluación sino “ajuste
cambiario” y el saqueo masivo de divisas en CADIVI por parte de empresas de
maletín no es corrupción sino “problemas puntuales en la aplicación de
controles previos y posteriores”. Por eso es absolutamente pertinente hacer la
precisión: A qué carrizo se refiere el gobierno cuando habla de “pacificar” el
país? “Paz” para quién? Las zonas de paz
en Venezuela son las canchas o lugares de fiestas que el gobierno en todos sus
niveles ha negociado con los malandros para que no ataquen a los jóvenes que
van a esos sitios en busca de distracción. Con los malandros no se negocia ni
se pacta ya que ellos cuando comenten sus delitos no negocian con las víctimas.
Los gobernantes no están para negociar con los malandros. Los gobernantes están
para luchar contra los malandros y si saben donde están deben neutralizarlos
con los medios que la república le ha puesto en sus manos a través de los
órganos de seguridad del ESTADO. Aquí en Venezuela no hay hogar que no tenga al
menos un luto por la inseguridad, incluso hay casas en las que hay dos. Los pactos
del régimen con el hampa no han logrado que estos respeten la vida de los
ciudadanos sino que han reivindicado al hampa. Hasta la fecha el régimen se ha
reunido “280 bandas criminales y con unos diez mil delincuentes”, como parte
del esfuerzo para “sacar del delito a esas personas”. Cuáles son las
estrategias del régimen para combatir el hampa? Ninguna? No se trata entonces
de la “excentricidad” permisiva de un alcalde o de la “iniciativa
imprudente” de un viceministro. El “Movimiento Por la Paz y la Vida” ha sido
una iniciativa impulsada con fuerza por el propio Nicolás Maduro. El Ministro
del Interior Rodríguez Torres ha dicho en al menos una reunión con alcaldes y
el gobernador de Miranda que “no cree en zonas de paz para el hampa”. Cuál es,
pues, la política del Estado frente al problema de la criminalidad? Es proteger a la población del hampa, o
pactar con ella, estableciendo una suerte de “paz malandra”, a expensas del
pueblo que sigue siendo asesinado, atracado, secuestrado, extorsionado? La paz
malandra no es la solución. La solución es un gobierno comprometido con los
ciudadanos brindándoles protección a sus vidas.
Animo Venezuela!
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