El
gobierno no solo obliga al pueblo a hacer colas humillantes para comprar
alimentos y artículos de limpieza o de higiene personal. Además quiere que sean
colas a la cubana, en silencio, aterrorizados, denunció el secretario ejecutivo
de la Mesa de Unidad Democrática, Jesús Chúo Torrealba, quien explicó que “por eso hostigan, reprimen y detienen a
quienes toman fotos o levantan su voz de protesta, como si hubieran suspendido
de facto las garantías constitucionales que establecen el derecho a la
seguridad alimentaria, a la manifestación pacífica y a la libre expresión del
pensamiento”. En Apure al igual que el resto del país las colas cada día
son más numerosas que en muchos casos no se logra comprar el producto o
alimento.
La
escasez, la carestía, la inflación y las colas, en esta Venezuela nuestra que
vivió hasta hace apenas 14 semanas la bonanza petrolera más alta y larga de
toda nuestra historia, no son simplemente “problemas
económicos”, “perturbaciones
puntuales en la balanza de pagos”, “pequeñas
inequidades en las cuentas nacionales”, no. Aquí estamos en presencia de
una violación masiva y sistemática a los derechos humanos de los venezolanos.
El grupo comando que atraca a los humildes venezolanos en las colas pudo
hacerlo porque antes otro grupo, de cuello blanco y boina roja, saqueó al país.
En efecto, Maduro anuncia desde China que aunque no consiguió el préstamo en
efectivo que salió a buscar, supuestamente “le ofrecieron financiamiento por 20
mil millones de dólares en diversos proyectos”. Imposible no recordar que fue
precisamente esa cifra, 20 mil millones de dólares, el monto de lo robado en
CADIVI por las empresas de maletín “rojas-rojitas”,
según denuncia hecha no por la oposición, sino por el mismo ex ministro de
planificación y finanzas de Chávez, el profesor Jorge Giordani.
Los
venezolanos estamos ante una crisis que debe ser protestada en forma enérgica y
pacífica. Esta protesta contra las colas, la escasez y el saqueo que las
originó NO ES CONTRA el comerciante, víctima –como el consumidor- del régimen,
ni contra la persona que esta a nuestro lado en la cola, pues él o ella no es
un “competidor” sino otra víctima más de la agresión oficial. Por todo eso, la
protesta enérgica y pacífica por la escasez NO DEBE SER CAÓTICA: EL CAOS ES
EL GOBIERNO, el pueblo lo que exige son soluciones.
La
protesta enérgica y pacífica por la escasez debe ser descentralizada: en cada
comunidad, en cada cola; debe promover la SOLIDARIDAD pueblo con pueblo, en vez
de la agresión entre hermanos; Ante la censura la protesta debe COMUNICAR LO
QUE PASA, en redes y boca-a-oreja; La protesta debe exigir RESPETO, pues no
somos rebaño hambreado sino un PUEBLO CON DERECHOS, y debe plantear REALIDADES:
Las pancartas de los ciudadanos, allí donde sea posible sacarlas, deben decir
que alimento o que medicina buscamos, porqué, desde cuándo, pues esas
“mini-historias de vida” son más poderosas que cualquier consigna
política.
Finalmente, la protesta por la escasez no tiene “dueños” ni
“convocantes”, somos ciudadanos dando cauce democrático a la justa indignación
popular. La protesta enérgica y pacífica por la escasez tiene un sitio: la
cola. Tiene un líder: usted. Tiene un propósito: Que aparezcan los productos y
desaparezca el régimen que ha querido someter a este pueblo mediante el
empobrecimiento económico y moral.
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