viernes, 13 de febrero de 2015

El caos es el gobierno



El gobierno no solo obliga al pueblo a hacer colas humillantes para comprar alimentos y artículos de limpieza o de higiene personal. Además quiere que sean colas a la cubana, en silencio, aterrorizados, denunció el secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática, Jesús Chúo Torrealba, quien explicó que “por eso hostigan, reprimen y detienen a quienes toman fotos o levantan su voz de protesta, como si hubieran suspendido de facto las garantías constitucionales que establecen el derecho a la seguridad alimentaria, a la manifestación pacífica y a la libre expresión del pensamiento”. En Apure al igual que el resto del país las colas cada día son más numerosas que en muchos casos no se logra comprar el producto o alimento.
La escasez, la carestía, la inflación y las colas, en esta Venezuela nuestra que vivió hasta hace apenas 14 semanas la bonanza petrolera más alta y larga de toda nuestra historia, no son simplemente “problemas económicos”, “perturbaciones puntuales en la balanza de pagos”, “pequeñas inequidades en las cuentas nacionales”, no. Aquí estamos en presencia de una violación masiva y sistemática a los derechos humanos de los venezolanos. El grupo comando que atraca a los humildes venezolanos en las colas pudo hacerlo porque antes otro grupo, de cuello blanco y boina roja, saqueó al país. En efecto, Maduro anuncia desde China que aunque no consiguió el préstamo en efectivo que salió a buscar, supuestamente “le ofrecieron financiamiento por 20 mil millones de dólares en diversos proyectos”. Imposible no recordar que fue precisamente esa cifra, 20 mil millones de dólares, el monto de lo robado en CADIVI por las empresas de maletín “rojas-rojitas”, según denuncia hecha no por la oposición, sino por el mismo ex ministro de planificación y finanzas de Chávez, el profesor Jorge Giordani.
Los venezolanos estamos ante una crisis que debe ser protestada en forma enérgica y pacífica. Esta protesta contra las colas, la escasez y el saqueo que las originó NO ES CONTRA el comerciante, víctima –como el consumidor- del régimen, ni contra la persona que esta a nuestro lado en la cola, pues él o ella no es un “competidor” sino otra víctima más de la agresión oficial. Por todo eso, la protesta enérgica y pacífica por la escasez NO DEBE SER CAÓTICA: EL CAOS ES EL GOBIERNO, el pueblo lo que exige son soluciones.
La protesta enérgica y pacífica por la escasez debe ser descentralizada: en cada comunidad, en cada cola; debe promover la SOLIDARIDAD pueblo con pueblo, en vez de la agresión entre hermanos; Ante la censura la protesta debe COMUNICAR LO QUE PASA, en redes y boca-a-oreja; La protesta debe exigir RESPETO, pues no somos rebaño hambreado sino un PUEBLO CON DERECHOS, y debe plantear REALIDADES: Las pancartas de los ciudadanos, allí donde sea posible sacarlas, deben decir que alimento o que medicina buscamos, porqué, desde cuándo, pues esas “mini-historias de vida” son más poderosas que cualquier consigna política. 
Finalmente, la protesta por la escasez no tiene “dueños” ni “convocantes”, somos ciudadanos dando cauce democrático a la justa indignación popular. La protesta enérgica y pacífica por la escasez tiene un sitio: la cola. Tiene un líder: usted. Tiene un propósito: Que aparezcan los productos y desaparezca el régimen que ha querido someter a este pueblo mediante el empobrecimiento económico y moral.

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