La semana concluye complicada por
varios asesinatos de jóvenes venezolanos por esbirros que han generado mucho
dolor en alma venezolana. Desde hace meses hemos venido alertando a través de este
medio y también la radio y redes sociales que estamos en medio de un proceso de
descomposición de las estructuras gobernantes pero también del país. La crisis
es sobre todo moral pero también espiritual. Con la muerte de un niño, joven,
adulto o anciano venezolano en manos de esbirros no solo se destruye la vida de
quien la pierde sino también de sus familiares que les toca llorar y
entierrarlos sin la esperanza que se haga justicia. La única manera que padres
y madres dejen llorar a sus hijos asesinados es cambiando de modelo político.
El último
estudio de Datanálisis, cuyo
trabajo de campo fue realizado del 27 de enero al 7 de febrero de este año,
arroja resultados concluyentes: Al preguntársele a la muestra encuestada por
quién votaría en las próximas elecciones parlamentarias, 45,9 % dijo que lo
haría por la oposición, 17,3 % dijo que votaría por el oficialismo, 13,8% se
declaró independiente y 17,4 % se refugió en la opción “no sabe/no contesta”.
Esta es
la causa real del discurso oficialista sobre un imaginario “Golpe de Estado” propiciado por la
oposición. Esta es también la causa de la conducta realmente golpista de
quienes “por ahora” detentan el poder: Si hay elecciones en Venezuela (como lo
establece la Ley, como lo pauta la Constitución) el gobierno sería literalmente
arrasado por la oposición unida. Los datos, por cierto, son de la misma
encuestadora que ha sido calificada recientemente como “seria” y “responsable”
por el actual inquilino del Palacio de Miraflores.
Nunca en
los últimos 16 años los sondeos le habían dado a la oposición en las vísperas
de un proceso electoral una ventaja de casi 30 puntos en la intención de voto.
Ese es el marco político en el que se verifica la alharaca gobiernera sobre
“guerras” fantasiosas y “golpes” imaginarios”. En esas condiciones es
pertinente entonces la pregunta: Si al realizarse las elecciones las ganará
arrolladoramente la oposición, entonces… ¿A quién beneficiaría un supuesto
“golpe de estado”?
El marco
económico es aún más revelador: La expropiaciones acabaron con el aparato
productivo venezolano y nos pusieron a todos a depender de las importaciones;
Cuando las mafias rojas se robaron también, según denunció el camarada
Giordani, los dólares necesarios para las importaciones, vino la escasez de
alimentos y medicinas, y con ella la humillación de las colas. Mientras la
indignación bulle en el pueblo por estos motivos, el gobierno perpetra la mas
horrenda devaluación que haya sufrido el bolívar en toda su historia, y anuncia
además el aumento de la gasolina y del pasaje en el transporte colectivo. En
medio de ese panorama económico, con un gobierno incapaz de hacer frente a la
crisis que el mismo ha generado… ¿A quién beneficiaría un supuesto “golpe de
estado”?
La gente
se hartó del gobierno, de sus cuentos, de sus excusas. La gente quiere cambio,
nos dicen las encuestas y la calle. Pero no cualquier cambio: La gente quiere
un cambio pacífico. Un cambio que no se transforme en una calamidad adicional a
las que ya enfrenta el pueblo. Un cambio para salir del caos y obtener paz y
gobernabilidad. Por eso la gente ratifica, en las encuestas y también en los
barrios y urbanizaciones, su decisión de votar. Y de hacerlo por la
oposición.
Hoy, en
medio de esta crisis política, económica y social, Venezuela nos exige más, mucho
más, a todos. A los partidos democráticos y a las organizaciones sociales. A
los dirigentes y a los ciudadanos. Para todos nosotros ahora “la calle” no es
una plaza o una avenida, sino todo el país. Y el momento de “tomarla” no es
“cuando nos convoquen”, sino siempre. Y lo haremos no sólo porque “estemos
arrechos”, sino porque somos conscientes de que para superar la actual
situación de precariedad y división debemos tener un proyecto: La Venezuela
Unida. Y eso debemos hacerlo entre todos.
Animo Venezuela!