El
pecado de un venezolano afecto al
modelo político actual es exigir reivindicaciones de sus derechos contractuales
y laborales. Un ejemplo lo que está sucediendo con algunos trabajadores de
SIDOR que hasta hace algunos meses simpatizaban con el modelo político. Hoy,
son perseguidos no para sacarlos de de SIDOR, meterlos presos. No, hoy son
perseguidos para quitarles la vida por el hecho de levantar la voz para exigir la discusión del
contrato colectivo de SIDOR, que tiene cuatro años de atraso, y luego negarse a
aprobar un proyecto de contratación colectiva impuesto por el patrono-gobierno,
a espaldas de los trabajadores.
En Aragua el Dr. Ángel Sarmiento presidente del Colegio Médico de Aragua
hizo un llamado a la población “a la calma, a hacer caso omiso a informaciones
tendenciosas”, al mismo tiempo que exigió a las autoridades sanitarias
nacionales y al gobierno “informar con claridad cuál es la causa real de estos
fallecimientos, a partir de los resultados de los exámenes que se hagan a las
muestras enviadas al Instituto Nacional de Higiene, pues sólo con esa
información se podrán tomar las medidas necesarias para proteger a la población
y a mismo personal médico y paramédico”. Hoy el Dr Angel Sarmiento es citado al
Consejo Legislativo de Aragua por orden de Diosdado Cabello para ser
interpelado por el hecho de exigir la verdad de lo ocurrido y de lo que sigue
ocurriendo en el Hospital de Maracay.
Podemos decir que en Venezuela quien piensa distinto ajustado a la
Constitución es amenazado con cárcel o muerte desde el más alto nivel de
gobierno a través de los medios de comunicación que pagamos los venezolanos.
Con esas amenazas empezamos a parecernos a Cuba. Ese sujeto que amenaza y que
nadie se le escapa con sus críticas, señalamientos y enjuiciamientos hace todo
eso porque tiene miedo. Si, tiene miedo porque le está llegando su hora en el
que pierda todos sus poderes mal empleados en contra de los ciudadanos honestos
y trabajadores. Tiene miedo porque sabe que ya no puede seguir arropándose con
la imagen del líder difunto. Porque sabe que el pueblo que le seguía es
justamente el que está más molesto, más dolido, más defraudado. Porque sabe, en
fin, que un “dirigente” sin pueblo, como un cantante sin público, es tan inútil
como una maza sin cantera.
Hoy
la nueva
mayoría, opositores de siempre y chavistas descontentos a una
sola voz les grita y sin miedo al régimen: Pa’fuera es que van!
Animo
Venezuela!